DEDICADA A DIFUNDIR LA LABOR SOLIDARIA REALIZADA, EN LAS ESCUELAS RURALES CARENCIADAS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA, POR ,ALBA MUSRI,CRISTINA SILVA, PAOLA MIRALLES Y LILIANA TORRICO, INTEGRANTES DE CHAYANNE"NO HAY IMPOSIBLES PARA UN AMOR INMORTAL" Y DE LA ASOCIACIÓN EN FORMACIÓN "AMOR EN ACCIÓN" Y CON EL OBJETO DE QUIENES TENGAN UN CORAZÓN SOLIDARIO PUEDAN PARTICIPAR, UNIRSE Y COLABORAR PARA PODER LLEVAR IGUALDAD DONDE NO LA HAY Y UNA SONRISA A LOS NIÑOS.DIOS LOS BENDIGA.
martes, 14 de junio de 2011
NECESITAMOS DE SU COLABORACIÓN
Escuela 1-734 "Angel Rizzo" El Cavadito
Está Escuela cuenta con 23 alumnos y la Escuela de El Retiro con aproximadamente 35 alumnos , son nuestras próximas metas,necesitan ropa, colchones, mercaderías, especialmente leche, cacao, azúcar, porque le entregan sólo dos cajas por semana de leche.También útiles de todo tipo, material didáctico, libros, porque la Escuela 1-734 no tiene biblioteca, hay que formarsela,como
también le es necesario los muebles para poder colocar los libros que podamos conseguirles.
También está muy próximo el DIA DEL NIÑO , queremos apelar a su buen corazón para que si
pueden donen juguetes para poder entregar en las tres escuelas, porque continuamos con nuestra
ayuda a la Escuela 1-736 de Paraje La Majada, todas se encuentran en el Desierto Lavallino.
Desde ya muchas gracias, sé que en Mendoza, como en cada rincón del mundo, hay gente de
buen corazón dispuesta a ayudar. DIOS LOS BENDIGA.
sábado, 4 de junio de 2011
ARTE EN EL DESIERTO
Alumnos huarpes de Mendoza son los primeros beneficiados con la nueva red impulsada por Juan Carr
Loreley Gaffoglio
Enviada especial
PARAJE LA MAJADA , Mendoza.- Con voz casi inaudible y una timidez que estremece, Javier, un chico de 13 años, descendiente de los indios huarpes, le ofrenda sus dibujos al pintor Milo Lockett. Entre susurros le confiesa que le gustaría ser artista y, mientras estampa su firma en sus pinturas, suspira de manera profunda, en una rara mezcla de alivio y de celebración por su "osadía".
La audacia de Javier excede el haber vencido su natural retraimiento: es un día inaugural, imborrable, tanto para él como para el resto de sus compañeros de la escuela 1-7-36, todos pertenecientes a la comunidad huarpe. Es la primera vez que están junto a un creador consagrado, que pueden admirar una obra de arte y participar de una exposición a cielo abierto. Si hasta han podido elegir una obra de Lockett para engalanar su escuela, construida en 2008 para atender las necesidades educativas de la comunidad Huarpe. Mundo Invisible, la nueva red de comunicación creada por Juan Carr, fundador de Red Solidaria, hizo posible este milagro de colores en medio del desierto. El objetivo es acercar el arte en todas sus formas a los más postergados. Desde acompañar en la intemperie a los sin techo en la Capital con un concierto sinfónico, hasta regalarles una noche de teatro a los abuelos olvidados en un asilo de ancianos.
Enclavada en medio de una región inhóspita, bautizada El Secano, por lo árido de esa geografía situada 140 km al nordeste de la capital mendocina, la precaria escuela 1-7-36 fue la elegida para estrenar este ambicioso proyecto solidario a nivel nacional. Juan Carr, junto a otros socios y el apoyo de la Fundación YPF , quiere hacer visibles las carencias del país para generar compromisos, acercar soluciones y brindarles, además, el tipo de alimento espiritual que todo ser humano necesita.
"Los más postergados nunca se ven. Y de todos los rezagados, los pueblos originarios, como son las cerca de 600 familias de huarpes instaladas en el desierto del departamento de Lavalle, son los más excluidos. Ellos forman parte de ese piso de pobreza extrema que nunca logra la inclusión y que necesita comida, abrigo, medicamentos y útiles, pero también arte", dice a La Nación.
A su lado, el chaqueño Lockett descolló como el embajador artístico perfecto para movilizar el espíritu: dispuso un lienzo de 30 m de largo, en forma de cruz sobre el suelo. Acomodó a los chicos en hilera, a uno y otro lado de la tela; les dio pinceles, pintura acrílica y crayones, y los animó con el arte mural y colectivo al estampar él el primer trazo.
Lo hizo con la misma impronta que lo consagró, ese inconfundible trazo entre candoroso y expresivo, casi infantil, que plasmó a través de una casita, y que allanó a los chicos el camino para disparar su propia inventiva. Lockett debió arengar, y mucho, a los alumnos para que vencieran su timidez y se expresaran libremente.
"Esto es una forma de alfabetizar los sentimientos", describió Iris Azcurra, directora de la escuela.
"Este establecimiento nació como una alternativa de las escuelas albergue, donde los chicos debían alejarse muchos días de sus familias para poder estudiar -contó-. Hasta hace dos meses, venían en caballo, en mula, caminando o en bicicleta. Recorrían hasta 20 km como podían. Ahora, por suerte, la Dirección General de Escuelas dispuso de un sistema de combis que los traslada diariamente; con eso, está asegurada su continuidad en clase."
Las condiciones de vida de los huarpes, la mayoría puesteros, son por demás duras y pueden llegar a paralizar cuando se escucha el relato de ciertas vivencias, tal como contaron a La Nacion las maestras Alejandra Araujo y Karina Herrera.
"Dar clases acá es una prueba diaria de vocación docente", reconoce Araujo. Y cuenta que, a pesar de las carencias, de la falta de luz, hasta hace poco de agua, y de otras necesidades, no hubo un día en que se dejara de dar clases.
Luego, mientras los chicos se mantenían absortos con la pintura, contó: "Como en muchas otras comunidades descendientes de aborígenes, la de ellos es una estructura muy machista. El hombre se va continuamente y es la mujer la que trabaja de sol a sol, criando y administrando el ganado y atendiendo a los hijos", comentó Araujo. "Son familias muy numerosas, cuyos miembros duermen hacinados en casas de adobe y caña. Quizá por eso, la promiscuidad, el incesto o las relaciones sexuales entre miembros de una misma familia son algo hasta natural. Es común que las chicas aparezcan embarazadas a partir de los 12 años, pero nadie pregunta quién es el padre de la criatura."
"Sin agua ni luz ni gas, los hogares se calientan en invierno con las brasas que ellos acercan de los fogones, siempre fuera de las casas. Conejos, gallinas, chivos, ovejas y cabras son sus bienes más preciados, y los que no tienen patrimonio viven de la recolección del guano, que se paga hasta $ 1000 pesos la camionada."
Los chicos apuran la última pincelada para almorzar. Y, como en una sucesión de sorpresas que mantiene alto el entusiasmo, luego del almuerzo asisten a otros de los momentos más convocantes de la jornada. Bajo un cielo limpio de nubes y con un sol que lastima aunque hace frío, rodean los cinco cuadros, dispuestos sobre atriles en el desierto, y los observan embelesados.
Cada uno elige su obra. Pero antes, Lockett dice: "Que mi obra sirva para recordarles que tienen un amigo en el Chaco. Yo me voy, sabiendo que tengo a otro montón de amigos aquí".
NOTA Y MÁS FOTOS EXCELENTES:
ESTO TAMBIÉN ES MENDOZA
COMO SOBREVIVEN LOS HABITANTES DEL DESIERTO
Si nunca antes hubo agua en el desierto, ahora hay menos y la vida se complica para quienes residen allí desde que tienen memoria. Hay gente que pide ayuda. Que la escuchen. El desierto es el espejo de un futuro posible.
“No sabemos si va a cuajar la algarroba”, sostiene Carlos Sosa, puestero de La Querencia en pleno desierto de Lavalle. Según sus cálculos, “no cae un buen aguacero” desde el 8 de marzo.
No es un asunto menor si florece o no: eso es lo que comen las cabras y con lo que preparan un jarabe que les ayuda a los niños a afrontar problemas de salud allí, en donde –con suerte- podrán verle la cara a un médico una vez cada 15 días.
- ¿Hay tiempo para la floración, o ya la dan por perdida?
- No, hay tiempo, hay tiempo. Si llegara a caer una lluvia, florece todo el desierto… Claro, pero si después no llueve más… todo se seca. Hay que ver que pasa.
Apesadumbrado y optimista a crédito, Sosa se queja de que no llega la ayuda oficial de la emergencia agropecuaria. Los fardos de pasto se compran con plata, algo que no manejan en abundancia. En Costa de Araujo, un fardo cuenta 12 pesos. En La Majada , unos kilómetros más hacia el norte, ya el costo es de 20 pesos. “Una fortuna”, según nos cuenta Isidro Mayorga, un puestero que ya perdió cuatro vacas y que teme por la continuidad en pie de unos terneros.
El asunto aquí es el agua.
Parece lógico: se trata del desierto. Pero la respuesta la da Isidro, del paraje La Majada : “Acá siempre ha faltado agua. Pero como ahora… nunca”.
“Agua para los animales yo tengo; pero el tema es el campo –señala alrededor- no hay verdeo, no hay nada”.
En Twitter la noticia de la muerte de animales en el desierto lavallino se anunció de una manera más que gráfica: “La tierra seca empezó a beberse la vida de los animales”, decía la red social que levantó el informe de MDZ.
Un alumno de La Majada va desde la escuela hasta el puesto de los Mayorga.
Iris Azcurra no tiene Internet en su escuela. Tal vez sepa acerca de Twitter y Facebook, aunque sus alumnos, no. Pertenecen a 12 familias que le han dado a la escuela que dirige esos 36 chicos que tiene como alumnos. No tiene Internet; no tiene electricidad, no tiene agua, no hay médicos en la zona ni transporte público. Pero advierte: “Aquí no se suspenden las clases por corte de algún servicio”. Y evita reír, porque el chiste si bien es chiste, denota un mundo de carencias que duele.
“No podemos vivir con cinco bidones de agua por semana que nos provee la Dirección General de Escuelas”, avisa y muestra el tanque que tiene tan sólo un cuarto de su capacidad completa disponible para toda la semana.
Así y todo, vive. Tanto Iris como Isidro, Carlos, los 36 alumnos, los maestros, las celadoras y un puñado de decenas de puesteros y sus familias. Viven igual, con menos agua que antes en un desierto en el que, en definitiva, debe empezar a mirarse el resto de Mendoza, la que no está allí, sino en algunos de sus oasis.
¿Cómo es vivir en el desierto?
Isidro Mayorga nació a 15 kilómetros, más o menos, de donde vive ahora, un puesto hecho y derecho, musicalizado por cotorras que nunca se silencian y que representan casi la única emisión audible en el lugar.
Isidro Mayorga y su malograda mano.
Vive con su madre, una generación más huarpe que él que, además, nació a unos 30 kilómetros de allí, delatando una hipótesis amateur: todos vienen de las Lagunas de Guanacache y alguna vez se fueron corriendo, junto a 20 cabras, un poco más acá, para fundar sus familias y no invadir las pasturas del otro.
Tiene una mano vendada. Un caballo le jugó una mala pasada y le rebanó una palma. Atada, la usa igual: es su única mano de obra disponible.
“Nosotros estamos un poco mejor”, asiente Antonio Briones, director de la escuela de El Cavadito quien camina por una huella junto a la maestra Elizabeth Cataldo, para hacer dedo. Van comiendo pizza por el camino, apurados por encontrarse con algunos de los cinco autos por hora que, calculan, pasan por la ruta.
Con su delantal y maleta en mano, una niña sale de la escuela y vuelve a su casa.
Esperan que además de encontrarlo, sus conductores vengan con el humor necesario como para dejarlos subir y acercarlos a uno hasta “La Costa ”, a la otra hasta la Ciudad de Mendoza, de ser posible. Su diaria rutina por educar a un puñado de chicos del desierto desde un aula prestada por la iglesia de San Judas Tadeo.
Tiene 3 tanques de agua y tiene luz, lo que, desde ya, los diferencia del establecimiento de La Majada.
Así nos cuenta el contexto de esa escuela en el desierto Antonio Briones.
Carlos Sosa es una especie de líder local: le pone fuerza a la organización y, con los tiempos que el clima dicta, reúne a los puesteros y ayuda a la obra de los curas Benito y Federico. Pecha para que el Gobierno construya la escuela nueva en El Cavadito.
Bajo la enramada cuelgan dos chivos eviscerados. Su mujer, alisa la ropa calentando la plancha con brasas. Una botella de plástico guarda agua fresca envuelta en una tripa. Una niña juega y no ve televisión, ni acciona una Play Station; juega y transmite alegría a esos padres que la vieron llegar después de que sus otros hijos ya estaban creciditos.
“La municipalidad tiene el deber de traernos agua”, define, contundente, Sosa, cuando le preguntamos cómo hacen. Cuando –ajenos, intrusos- le consultamos cómo sobreviven a tanto polvo y necesidades.
Sin agua, los chivos salen más secos, no tienen grasa. Sosa explica que deben caminar más, perdiendo la grasitud. "Ahí colgué dos chivos, pero hay que freirlos para que rindan", nos cuenta.
"Una cosa es pasar por la ruta; otra, es darse cuenta que hay gente viviendo allí. Una muy diferente es detenerse, bajarse del auto, respirar ese aire. Distinto es meterse por una huella; parar en un puesto. Increible es vivir allí".
Espontáneamente, el director/maestro Antonio Briones nos cuenta de esa manera su versión del desierto. Y es tal cual.
Colaboración: Gustavo Salinas.
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/170139
viernes, 3 de junio de 2011
Milo Lockett, Juan Carr y una canción de amor para el desierto de Lavalle
Dos notables de la Argentina estuvieron en La Majada, compartiendo con la comunidad lagunera un día de oro. Montado el circo entre las dunas, todo fue arte, emoción y algarabía. Ahora, es momento de dar una mano y aquí te contamos de qué manera.
Por Ulises Naranjo
Era una mañana enorme en La Majada, de la estatura del mundo. Un puestero acarreaba leña con su caballo entre las dunas, mientras, en las aulas, los niños de la escuela 1-736 se entregaban a las faenas de las sumas de manzanas, la escandalosa evidencia de los colores y la lectura de fábulas moralizanes. Sin embargo, el clima era especial, como ese olor a empanadas haciendo remolinos de gitana alrededor nuestro.
Los chicos lucían todos guapísimos y las maestras también. En la cocina, varias mujeres trabajaban afanosamente con patas de pollo, empanadas y carne a la olla; en la sartén ardían pavorosas las sopaipillas y, sobre una mesada, un chivo horrorizado seguía poniendo cara de circunstancia y cuerpo a su destino de sacrificio gastronómico.
A media mañana, fueron llegando de a puñaditos niños invitados de otras escuelas: la “Angel Rizzo”, de El Cavadito, la Correo Argentino, de Costa de Araujo, y la de El Puerto, en el límite con San Juan. Los niños –salvo excepciones– no se conocían, no obstante, a los diez minutos armaron un estupendo fulbito, que sólo pudo ser interrumpido por una caravana, una serpiente de metal rebotando en sus oídos.
Decíamos que era un día especial: el famoso pintor Milo Lockett y el famoso trabajador social Juan Carr, celebridades argentinas en lo suyo, visitarían la escuela y una pequeña fiesta del desierto sería celebrada, como no iba a ser especial el día.
Invasión y maridaje
Casi al mediodía, la enorme mañana de La Majada, se fue haciendo pequeña y dejó ver a ras del monte un tajo impropio, una caravana –decíamos– de vehículos último modelo, que fue abriendo herida hasta el pecho mismo de la escuela y sus palomas. De pronto, en apenas cinco minutos, se montó allí un circo que dejó a los lugareños atónitos.
Camionetas 4x4, remises, taxis, autos particulares y hasta un camión del Dákar, en poco rato, coparon la parada del silencio. Prestos fueron bajando, de uno y otro sitio, secretarios, rubias con botas encima de los pantalones, funcionarios calculadora en mano, periodistas preguntones, señoras de la caridad y eléctricos con cables, micrófonos, filmadoras, cámaras, celulares y lentes ahumados y hasta estaban ahí, resaltando con sus remeras las “chicas” del club de fans de Chayanne "No hay imposibles para un amor inmortal"sacándose fotos con los niños.
Lejos de la ofensa a la habitualidad del desierto, claro es que vinieron a traer aquello que son y a llevarse del secano aquello que nunca fueron. Fue –digámoslo de este modo– algo espectacular. Y así fue vivido, con expectación y cierto regusto a invasión y, con el paso de las horas, cierto regusto a maridaje, al fin, cumplido a pesar de todo.
Lo visible y lo invisible
Milo y Juan (foto) andan por aquí y por allá: son tipos discretos y muy dispuestos, son como anticelebridades moviéndose entre los niños con sonrisas francas. Iris Azcurra, la infatigable directora de la escuela y sus maestras están nerviosas. Van y vienen y saludan –como todos en el camo– con verrgüenzas y dos besos, “porque somos generosos”.
El pintor del momento habla con los chicos, llega a ellos, y les dice: “Yo soy del Chaco y vengo a hacerme amigo de ustedes, para que sepan que pueden contar conmigo. Vamos a jugar un rato, vamos a hacer un gran cuadro entre todos”. Después, ya saben, habla Juan Carr también: “Yo, chicos, soy un voluntario de una red solidaria y andamos dando una mano por distintos lugares del país. Y vamos a ver si podemos hacer algo en conjunto con ustedes”.
Periodistas de varios medios nacionales, venidos especialmente para la ocasión, toman nota, preguntan cosas sobre el desierto y se empeñan en hacerlo más desértico y a la carencia, muy carenciada. El periodismo, ya saben ustedes, no es más que un género literario y de él vivimos nosotros, los vampiros de las palabras y las espaldas de las palabras.
Aprovechamos el desliz para decir que, como una rama de la Red Solidaria de Carr, se ha creado una red de comunicación llamada “Mundo Invisible”, cuyo desafío “es darle visibilidad a los invisibles para alimentar tu compromiso”, propone Carr. Pues, de aquí la visita de la serpiente de metal a la tierra de los huarpes.
Ha dicho Juan: "Los invisibles están, pero no los vemos: son los pobres, los enfermos, los que duermen en la calle, los que necesitan nuestro compromiso. También son invisibles las miles de personas que trabajan junto a ellos, y nuestro desafío de visibilidad también los incluye. Para esto creamos campañas de comunicación y transformación social junto a otras empresas, organizaciones sociales y gobiernos. Creemos que el fruto de esa visibilidad puede ser el compromiso. Grande o pequeño, espontáneo y breve o meditado y de largo aliento”
El circo del paraje perdido
Después, vino lo mejor: Milo y los chicos de las cuatro escuelas se pusieron a pintar: uno como si siempre hubiese sido niño y otros, como si siempre hubiesen sido pintores. Y lentamente el circo se fue adecentando, para belleza de todos, a la armonía del paisaje y hasta las chicas del club de fans de Chayanne"No hay imposibles para un amor inmortal" se entregaron a la contemplación.
Ahora que Juan Carr y Milo Lockett concretaron su sueño en La Majada, viene un desafío mayor: ver la posibilidad de plegarse a una relevante campaña que se viene desarrollando desde hace tiempo en Mendoza.
Se trata de conseguir cientos de miles de metros de manguera para que los puesteros de todo el desierto –unas 600 familias puedan conectarse al acueducto madre, que atraviesa el desierto. El agua está ahí, a metros, pero ahora hay que llevarla a los puestos.
Al respecto, para quienes deseen colaborar, las donaciones –por nimias que sean seran bienvenidas– pueden hacerlo aquí: Asociación Civil Valos, Banco Francés, cuenta corriente en pesos número 237 - 7981/7. La CBU correspondiente a esta cuenta es: 0170237020000000798174.
Nos vamos. Dejamos a propios y extraños en sus faenas. Las telas pintadas dejan ver sueños de unos y de otros. Mañana, ahora mismo, La Majada volverá a ser la de siempre. Sin embargo, algo quedó luego de que el circo hicera pie en este paraje perdido: la seguridad de que se hizo algo bueno y por gente que especialmente lo necesitaba: los visitantes, aquellos que llegaron en aviones y camionetas... Bueno, los locales también.
Que así haya sido.
Por Ulises Naranjo
Era una mañana enorme en La Majada, de la estatura del mundo. Un puestero acarreaba leña con su caballo entre las dunas, mientras, en las aulas, los niños de la escuela 1-736 se entregaban a las faenas de las sumas de manzanas, la escandalosa evidencia de los colores y la lectura de fábulas moralizanes. Sin embargo, el clima era especial, como ese olor a empanadas haciendo remolinos de gitana alrededor nuestro.
Los chicos lucían todos guapísimos y las maestras también. En la cocina, varias mujeres trabajaban afanosamente con patas de pollo, empanadas y carne a la olla; en la sartén ardían pavorosas las sopaipillas y, sobre una mesada, un chivo horrorizado seguía poniendo cara de circunstancia y cuerpo a su destino de sacrificio gastronómico.
A media mañana, fueron llegando de a puñaditos niños invitados de otras escuelas: la “Angel Rizzo”, de El Cavadito, la Correo Argentino, de Costa de Araujo, y la de El Puerto, en el límite con San Juan. Los niños –salvo excepciones– no se conocían, no obstante, a los diez minutos armaron un estupendo fulbito, que sólo pudo ser interrumpido por una caravana, una serpiente de metal rebotando en sus oídos.
Decíamos que era un día especial: el famoso pintor Milo Lockett y el famoso trabajador social Juan Carr, celebridades argentinas en lo suyo, visitarían la escuela y una pequeña fiesta del desierto sería celebrada, como no iba a ser especial el día.
Invasión y maridaje
Casi al mediodía, la enorme mañana de La Majada, se fue haciendo pequeña y dejó ver a ras del monte un tajo impropio, una caravana –decíamos– de vehículos último modelo, que fue abriendo herida hasta el pecho mismo de la escuela y sus palomas. De pronto, en apenas cinco minutos, se montó allí un circo que dejó a los lugareños atónitos.
Camionetas 4x4, remises, taxis, autos particulares y hasta un camión del Dákar, en poco rato, coparon la parada del silencio. Prestos fueron bajando, de uno y otro sitio, secretarios, rubias con botas encima de los pantalones, funcionarios calculadora en mano, periodistas preguntones, señoras de la caridad y eléctricos con cables, micrófonos, filmadoras, cámaras, celulares y lentes ahumados y hasta estaban ahí, resaltando con sus remeras las “chicas” del club de fans de Chayanne "No hay imposibles para un amor inmortal"sacándose fotos con los niños.
Lejos de la ofensa a la habitualidad del desierto, claro es que vinieron a traer aquello que son y a llevarse del secano aquello que nunca fueron. Fue –digámoslo de este modo– algo espectacular. Y así fue vivido, con expectación y cierto regusto a invasión y, con el paso de las horas, cierto regusto a maridaje, al fin, cumplido a pesar de todo.
Lo visible y lo invisible
Milo y Juan (foto) andan por aquí y por allá: son tipos discretos y muy dispuestos, son como anticelebridades moviéndose entre los niños con sonrisas francas. Iris Azcurra, la infatigable directora de la escuela y sus maestras están nerviosas. Van y vienen y saludan –como todos en el camo– con verrgüenzas y dos besos, “porque somos generosos”.
El pintor del momento habla con los chicos, llega a ellos, y les dice: “Yo soy del Chaco y vengo a hacerme amigo de ustedes, para que sepan que pueden contar conmigo. Vamos a jugar un rato, vamos a hacer un gran cuadro entre todos”. Después, ya saben, habla Juan Carr también: “Yo, chicos, soy un voluntario de una red solidaria y andamos dando una mano por distintos lugares del país. Y vamos a ver si podemos hacer algo en conjunto con ustedes”.
Periodistas de varios medios nacionales, venidos especialmente para la ocasión, toman nota, preguntan cosas sobre el desierto y se empeñan en hacerlo más desértico y a la carencia, muy carenciada. El periodismo, ya saben ustedes, no es más que un género literario y de él vivimos nosotros, los vampiros de las palabras y las espaldas de las palabras.
Aprovechamos el desliz para decir que, como una rama de la Red Solidaria de Carr, se ha creado una red de comunicación llamada “Mundo Invisible”, cuyo desafío “es darle visibilidad a los invisibles para alimentar tu compromiso”, propone Carr. Pues, de aquí la visita de la serpiente de metal a la tierra de los huarpes.
Ha dicho Juan: "Los invisibles están, pero no los vemos: son los pobres, los enfermos, los que duermen en la calle, los que necesitan nuestro compromiso. También son invisibles las miles de personas que trabajan junto a ellos, y nuestro desafío de visibilidad también los incluye. Para esto creamos campañas de comunicación y transformación social junto a otras empresas, organizaciones sociales y gobiernos. Creemos que el fruto de esa visibilidad puede ser el compromiso. Grande o pequeño, espontáneo y breve o meditado y de largo aliento”
El circo del paraje perdido
Después, vino lo mejor: Milo y los chicos de las cuatro escuelas se pusieron a pintar: uno como si siempre hubiese sido niño y otros, como si siempre hubiesen sido pintores. Y lentamente el circo se fue adecentando, para belleza de todos, a la armonía del paisaje y hasta las chicas del club de fans de Chayanne"No hay imposibles para un amor inmortal" se entregaron a la contemplación.
Ahora que Juan Carr y Milo Lockett concretaron su sueño en La Majada, viene un desafío mayor: ver la posibilidad de plegarse a una relevante campaña que se viene desarrollando desde hace tiempo en Mendoza.
Se trata de conseguir cientos de miles de metros de manguera para que los puesteros de todo el desierto –unas 600 familias puedan conectarse al acueducto madre, que atraviesa el desierto. El agua está ahí, a metros, pero ahora hay que llevarla a los puestos.
Al respecto, para quienes deseen colaborar, las donaciones –por nimias que sean seran bienvenidas– pueden hacerlo aquí: Asociación Civil Valos, Banco Francés, cuenta corriente en pesos número 237 - 7981/7. La CBU correspondiente a esta cuenta es: 0170237020000000798174.
Nos vamos. Dejamos a propios y extraños en sus faenas. Las telas pintadas dejan ver sueños de unos y de otros. Mañana, ahora mismo, La Majada volverá a ser la de siempre. Sin embargo, algo quedó luego de que el circo hicera pie en este paraje perdido: la seguridad de que se hizo algo bueno y por gente que especialmente lo necesitaba: los visitantes, aquellos que llegaron en aviones y camionetas... Bueno, los locales también.
Que así haya sido.
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/300057
¿POR QUE SOLIDARIDAD ?
Solidaridad, porque es lo justo, porque todos vivimos en una sociedad, porque todos necesitamos de todos, porque todos estamos juntos en este barco de la civilización; porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos.
¿QUE ENTENDEMOS POR SOLIDARIDAD?
Su concepto ha experimentado un proceso de transformación que se refleja en todos sus ámbitos. Para algunos es la reivindicación de derechos fundamentales y para otros sólo una actitud de piedad centrada en la limosna y en la asistencia.
La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:
La solidaridad siempre implica los siguientes puntos:
· La solidaridad es una virtud contraria al individualismo y al egoísmo.
· Se refleja en el servicio y busca el bien común.
· Su finalidad es intentar o solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás.
· Requiere discernimiento y empatía –ponerse en el lugar del otro-
¿ QUE ES SOLIDARIDAD ?
Un análisis del concepto del valor de la solidaridad nos ofrece los siguientes componentes esenciales:
1º Compasión: porque la solidaridad es un sentimiento que determina u orienta el modo de ver y acercarse a la realidad humana y social, condiciona su perspectiva y horizonte. Supone ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera. Conlleva un sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros.
3º Universalidad: “La desnudez del rostro”, la indefensión y la indigencia es toda la humanidad y simboliza la condición de pobreza de esfera intimista y privada.
¿ QUE ES SOLIDARIDAD ?
La solidaridad
La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.
La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.
La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
La solidaridad trasciende a todas las fronteras: políticas, religiosas, territoriales, culturales, etc. Para instalarse en el hombre, en cualquier ser humano, y hacer sentir en nuestro interior la conciencia de una “familia” al resto de la humanidad.
La solidaridad implica afecto: la fidelidad del amigo, la comprensión del maltratado, el apoyo al perseguido, la apuesta por causas impopulares o perdidas, todo eso puede no constituir propiamente un deber de justicia, pero si es un deber de solidaridad.
UN ARTISTA PLÁSTICO EN LA MAJADA -1-6-2011
LA PILASTRA YA ESTÁ AHORA FALTA QUE VAYAN A COLOCAR LO QUE FALTA PARA QUE LA MAJADA TENGA LUZ . ESTÁ A METROS DE LA ESCUELA. POR FAVOR!!!!
TRANSPORTE CON EL CUAL LOS NIÑOS LLEGAN A LA ESCUELA. HACE POCOS DÍAS QUE LO TIENEN. UNA VERDADERA BENDICIÓN.
LA ESCUELA 1-734 ÁNGEL RIZZO-
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